lunes, 19 de noviembre de 2012

LA GUAYULERA I



FÁBRICA LA GUAYULERA I
Saltillo participó en la Segunda Guerra Mundial

Por Sergio Alejandro Galindo Carrillo


Como si fuera una maldición del tiempo que cayera sobre la fábrica de hule de guayule de Saltillo, hoy no queda piedra sobre piedra del antiguo centro industrial.
Tal vez, porque la goma que se produjo en la Guayulera contribuyó para que Estados Unidos de América ganara la Segunda Guerra Mundial, calificadsa como la más sangrienta y cruel de todos los tiempos.
Adolfo Hitler incendió la llama del terror el uno de septiembre de 1939 y con la bomba atómica la finalizó Truman el día dos de septiembre de 1945 (Nota de Luis: año en el que nacemos mi gemelo y yo el 23 de octubre y hasta 1958 vivimos en la Colonia Rodríguez Guayulera).
Paradógicamente, los fundadores de la planta de caucho fueron los alemanes, los cuales la calusuraron poco después de terminada la Primera Guerra Mundial y en plena conflagración universal se reabre con capital estadunidense.

La Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana tenía por comandante al coahuilense, coronel Antonio Cárdenas Rodríguez, bajo cuyas órdenes el Escuadron 201 combatió a los japoneses.
Quedaron fuera de lucha unos ttreinta mil nipones al empelar los mexicanos ametralladoras y bombas al participar en la cruenta guerra del treinta de abril al catorce de agosto de 1945 y en Filipinas estaba la base del glorioso Escuadrón 201.
Mientras que cientos de saltillenses llevaban la planta de guayule a la Guayulera para extraer el hule y exportarlo a los Estados Unidos con extremada urgencia.

     La historia de la fábrica de hule la empezaron a escribir los alemanes, quienes desde el año de 1903 extraían el hule del guayule en la empresa denominada Compañía Explotadora de Caucho "Adolfo Marx".

El procedimiento que se empleaba para extraer el hule de ls planta del semidesierto, consistía en triturar el guayule por diferentes proceso mecáncios hasta reducirla a menudas partículas.
Después se trataba con agua hirviendo para separar el hule de las partes leñosas, ya que se aprovechaba la propiedad que tiene la madera de esa planta, pues, es más densa que el agua mientras que el hule es menos denso.
También, sosa cástica con la finalidad de separar las resinas del hule.
De manera que el guayule quedaba reducido a dos partes, hule y materias orgánicas, como celulosda y sales, peros estas últimas en gran parte, se utilizaban como combustible después de que se ponían a secar.

PROTESTA POPULAR

La Compañía Guayulera purificaba las aguas de desecho al sedimentarlas para quitarles el mayor número de substancias en suspensión. Esto se hacía en dos estanques de piso con  paredes de tierra donde el agua dejaba el mayor volumen de su contenido, luego se sacaba el bagazo y se ponía a secar.
Sin embargo, los habitantes que había desde la actual colonia Guayulera hasta donde se localiza el panteón de San Esteban protestaron ante las autoridades municipales por los fétidos olores que exhalaba el Arroyo del Pueblo, sobre todo, a la altura del puente "Dos de Abril". que se encuentra sobre la calzada Francisco I. Madero.
Los apoderados de la Fábrica de Caucho eran los señores Juan Kaiser y Fernando Saenger, mientras que el señor J.C. y Sieber se desempeñaba com o presidente de la compañía.
Participaron como protagonistas en la guerra contra el olor putrefacto del guayule y por ello, prometieron en febrero de 1909, que en un mes más se entubaría el agua de la Fábrica de Guayule.
De nada sirvieron las protestas de los vecinos y de los mejores oficios del presidente municipal, del gobernador del Estadol del ingeniero T.S. ABBOT, así como los del presidente del Consejo Superior de Salubridad, porque nunca se construyó el canal cerrado.
Dos alternativas había y las dos fueron ideadas por Abbot cuando tenía el cargo de ingeniero del Estado y luego como representante de la Fábrica de Caucho.
La primera consistía en construír un caño para que pasara por él la cantidad de doce litros por segundo, que equivalía a la mitad del gasto del Ojo de Agua del Saltillo, al finalizar la primera década del siglo veinte.
El agua de la Guayulera tenía mun valor considerable para los riegos, y más aún, por los abonos que depositasba el agua en los terrenos regados.
Abbot indicó, que la longitud del canal sería de mil cuatrocientos cincuenta metros y que debería de hacerse de concreto de cemento hidráulico o de ladrillo puesto en cemento.
Para tapar el acueducto debería de colocarse bloques de piedra o baldosas de cemento, debiendo quedar formado el canal con veinte pulgadas de ancho por dieciséis de altura.
El costo de la obra ascendería a unos cuatro mil pesos, pero los alemanes aseguraban que sólo era realizable con dies mil pesos.
También argumentó Sieber, quie tenía dificultades con dos Cresencio Rodríguez González para hacer pasar la cañería por sus propiedades, además de aegurar, que pondrían en práctica el procedimiento del doctor, Alberto Álvarez García.
Este, lo presentó al Ayuntamiento de Gómez Palacio, Dgo., y se publicó en "El Eco de la Comarca", cuyo procedimiento consistía en tanques de desecación, coladeras, filtros y desinfectantes apropiados.
A pesar de que este método resultaba económico para dejar el agua desprovista de materias fermentables, tampoco se puso en práctica, por lo que saltillenses continuaron sufriendo con la fetidez de la Guayulera.

SOLAMENTE QUEDA UN POZO

El otro procedimiento de Abbot para canalizar las aguas de la fábrica de goma, que contenían gases de hidrógeno de sufurado, amoníaco, bióxido de carbono y formeno, fue más atrevido.
Se trataba de instalar una línea de desague, que se tendría desde la Guayulera hasta la Quinta Calle de Colón, pero el municipio debería de construír el drenaje en la Sexta Calle de Colón para que se uniera al drenaje de la ciudad en las arteria de Colón y Emilio Carranza.
Abbot señaló que esta línea tendría un total de novecientos metros y que se haría con fondos económicos de la fábrica y del municipio.
Saltillo sufrió por la producción de caucho, no obstante que se hicieron varios proyectos para evitsar el malestar de la ciudadanía.
¿Se imagina lo que hubiera sucedio, en caso de desperfectos, si se hubiera conectado a la red del drenaje de la ciudad?.
Entre los intentos figura el, pozo de diciocho metros de profundidad, única muestra visible que aún perdura de la fábrica de caucho, en el cual se resumían todas las aguas de desecho de la Guayulera, pero se prohibió el uso, porque se podían contaminar las aguas de los veneros.
A pesar de ello, en la Compañía Explotadora de Caucho Mexicano "Adolfo Marx", sociedad en capital, se producían ciento treinta toneladas mensuales de hule.
Los dueños de la fábrica, cuya matriz estaba en México, manjeban un capital de un millón doscientos mil pesos en 1908, según información del A. Rodríguez Flores que le proporcionó a la Presidencia Municipal según pude investigar al recaba información para este reportaje.
si mismo, dijo, que la fábrica de la Guayulera constaba de dos departamentos movidos por fuerza de vapor de ochocientos caballos.
Pero el agua, después de haber sido utilizada para macerar las plantas de guayule adquiría un color negruzco, porque estaba en pleno estado de descomposición.
Su fetidez, causa del descontento popular, se terminó allá por los años veintes, cuando la fábrica fue desmantelada y sus operarios indeminzados.

(Nota de Luis: si desea hacer algún comentario le agradecería enviarlo por correo: sermas1945@yahoo.com.mx, igual a www.Facebookluisedelmirogalindocarrillo, o www.twiter.comluisegalindoc. ).

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