CADÁVERES
DE SOLDADOS AMERICANOS en Saltillo 1847
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Investigación original e inédita de “Memorias de Saltillo” para
conmemorar el 150 Aniversario de la Batalla de La Angostura de 1847
en Saltillo
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El agua había deslavado los terrenos del cementerio en Saltillo:
“dejando expuestos a la vista los esqueletos” de los soldados
americanos en 1897.
Por: SERGIO A. GALINDO
CARRILLO
INVESTIGADOR DE LA
HISTORIA
SALTILLO, 1997, MEMORIAS DE SALTILLO.- Al
oriente de Saltillo quedaron expuestos en el panteón, los cadáveres
de los excombatientes americanos que murieron los días 22 y 23 de
febrero de 1847 en la Batalla de La Angostura.
Hace
150 años, justamente, los soldados caídos, tanto de los Estados
Unidos del Norte como de la República Mexicana, en la desnudez
concluyeron su paso por la vida terrenal.
Efectivamente,
sin distinción de nacionalidad, los cuerpos desnudos de los
militares se hermanaron en la muerte y sólo el color de la piel, con
sus miembros rendidos, delataba la identidad de casi un millar de
muertos entre ambos bandos al estar tendidos en el escenario de la
guerra.
Con
carretas repletas de cadáveres encimados, se integró el cortejo
fúnebre que partió desde La Angostura hasta el panteón que estaba
por donde sale el sol en el Saltillo, donde se cavaron las tumbas
para que la tierra cubriera la blanca desnudez del soldado invasor
por toda la eternidad.
Al
oriente de Saltillo, entre las actuales calles de Matamoros y Abasolo
y Castelar y De la Fuente, veredas en aquel entonces, delimitaban el
área del panteón saltillense; ahí, el jefe del ejército invasor
mandó construír un muro de piedra, cercado de tapia, para sepultar
en ese espacio rectangular a los miembros de su milicia que
fallecieron por causas naturales.
Al
lado norte de este sitio, junto al Arroyo de La Tórtola y al norte
del Callejón Largo, donde estuviera el Cine Royal y la sede actual
de la Benemérita Sociedad Mutualista hasta pasar unos veinte metros
la actual calle de Humboldt, antes Calle Antigua, al lado oriente de
la actual calle de Abasolo, parte del Cementerio en aquella época,
fueron invadidos para inhumar los cadáveres de los soldados
americanos en 1847.
Cincuenta
años después, el 16 de junio de 1897, el Cónsul de los Estados
Unidos de América en Saltillo, solicita la gobierno de Coahuila de
Zaragoza, a nombre del Senado de los Estados Unidos, el estado
material en que se encontraba el panteón donde fueron enterrados
los soldados de su Nación, que murieron en la Batalla de Buena Vista
en febrero de 1847.
El
senado estadunidense se preocupó por la suerte de los restos de los
excombatientes de La Angostura, porque un periodista mexicano
difundió la noticia de que el agua había deslavado los terrenos del
cementerio “dejando expuestos a la vista los esqueletos” de los
soldados americanos.
Reproduzco
el Plano de forma irregular que el Ayuntamiento de Saltillo hiciera
llegar -hace un siglo- hasta el Senado de los Estados Unidos del
Norte para que pudiera apreciar objetivamente el sitio exacto donde
yacían slos militares invasores en el panteón de Saltillo.
La
Autoridad Municipal en 1847 no tuvo conocimiento oficial de la inhumaciones hechas por los americanos, por ello, sólo se decía
tiempo después, que se sepultó “considerable número de cadáveres
de los soldados fallecidos en las acciones dichas”.
Aproximadamente
se sepultaron 300 soldados americanos y unos 600 defensores de
México, según afirman los especialistas en la materia, entre ellos,
Carlos Recio Dávila.
Los
dueños del terreno que se habilitó como panteón, precisamente, al
norte de la Calle Nueva, antiguamente, Calle de San Francisco, Calle
del Panteón y Callejón Largo, actualmente de Juárez, entre las
calles de Matamoros y de Abasolo, recuperaron su propiedad en el
mismo año de 1847, fecha en que el ejército invasor abandona esta
Plaza.
Por
tal razón, nunca se cercó o acotó este predio para destinarse a
panteón o cementerio, y efectivamente, en 1897, todavía había
restos de cadáveres estadunidenses en ese lugar, junto al Arroyo de
La Tórtola, donde está construída la sede de la Sociedad
Mutualista.
Se
asegura, que cuando el agua dejaba al desnudo la osamenta de los
soldados invasores, por causa de los deslaves, se depositaban los
restos en el osario común del Panteón Principal.
Como
en la pantomina, los cadáveres gringos terminaron en el agua
después de firmarse los acuerdos de tan desigual guerra entre
Estados Unidos y México, en la que nuestro país perdió más de la
mitad de su territorio.
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MEMORIAS
DE SALTILLO. AÑO V. No. 24. JULIO-AGOSTO DE 1997. Páginas 4 a 6.
SALTILLO, COAHUILA, MEXICO. Una Revista del autor SERGIO A. GALINDO
de esta exclusiva y original investigación historiográfica. Una
Colección de la Revista se encuentra en el Archivo Municipal de
Saltillo.